Cuando inicié mi trabajo como productora, comencé a elaborar las carpetas de aplicación para diversos festivales, subsidios, premios y convocatorias similares. Puse al servicio de esta tarea ciertos rasgos de mi personalidad que me permitían un desarrollo criterioso. Entendí que la forma en que comunicamos los proyectos es esencial; para ello, debemos tener claro qué es lo que hace que ese proyecto pueda destacarse: si aborda alguna temática específica que tenga algún impacto social, si el tratamiento es innovador, si quienes ocupan determinados roles son personas con trayectorias emblemáticas, entre otros aspectos. Por lo tanto, las presentaciones deben acentuar aquella singularidad que hacen de ese proyecto una obra artística.
En general, he trabajado con gente a la que estimo mucho y que, por suerte, también me estima. Mis compañeros y compañeras han recomendado en numerosas ocasiones mi trabajo y eso me ha llevado a asumir otro rol, el de gestora cultural.
El trabajo de gestión tiene como finalidad facilitar estas tareas administrativas a los grupos que me contactan. No realizo un seguimiento de la obra y sus funciones como lo hago en producción, ya que soy una colaboradora externa. Es más bien un trabajo de acompañamiento. He profundizado en diferentes tipos de proyectos y he conocido a personas maravillosas. Siempre es un placer sentir que el trabajo que una hace genera un impacto positivo en las y los demás.
Te invito a conocer más sobre estos hermosos proyectos en los que participé como gestora cultural.